QUINTA SEMANA DE CUARESMA (C)
El domingo pasado proclamábamos la parábola del hijo pródigo, parábola del Padre Dios que nos abre la puerta de su casa para vivir como hijos amados. Vuelta a casa para ser hijos, pero no el hijo mayor, autosuficiente y obediente.
El evangelio de este quinto domingo de Cuaresma nos narra la historia de la mujer adúltera, otra hija pródiga, frente a sus hermanos mayores, los aparentemente puros y cumplidores de la Ley, que no sólo la quieren expulsar de la casa sino que piden su muerte.
COMENTARIO
«Tampoco yo te condeno» Jesús no soporta la hipocresía de los acusadores. «La ley dice, Tú qué dices» Y Jesús contesta:»Sé muy bien lo que dice la ley, pero con el corazón en la mano, os digo:Que alguien libre de pecado tire la primera piedra, si se atreve»
La ley la condena, la enjuicia. Jesús la perdona, se pone de su parte, se queda con ella. «Nadie te ha condenado, el Dios-misericordia tampoco, pero no caigas otra vez en la trampa. Que sea este el comienzo de un cambio. Vete y comienza a vivir desde la experiencia profunda de que Dios es un Dios compasivo»
Esta mujer humillada (adulteradapor los que la acusan (Sólo fue una aventura más), desde la ley se siente avergonzada, sin esperanzas, sin horizontes, sin atreverse a levantar la vista, escucha la voz de Jesús (ni siquiera se atreve a mirarlo) y se le ensancha el corazón cuando oye que alguien pronuncia las palabras perdón, libertad, horizonte, esperanza, inocencia, encuentro, volver, empezar…
Lo que muchos necesitan (necesitamos) no son acusadores que les tiren piedras, sino manos amigas y corazones acogedores.
Apuntes para una misa de la familia
CUA-DOMINGO-5o_C1.pdf
CUARTA SEMANA DE CUARESMA (C)
Esta parábola no es la parábola del hijo desde hoy para ti tiene que ser la parábola del Padre, del Padre Dios, que todos los días se asoma a la terraza de nuestras vidas por ver si volvemos y cuando nos ve venir cuando nos ve de frente corre y sale al encuentro del hijo perdido, abre de par en par la puerta de su casa. No espera a que lleguemos, se acerca corriendo y hace el último tramo del camino con nosotros, mientras nos habla al corazón, se alegra y hace una gran fiesta.
El Domingo de la Alegría
Este Domingo se llama «laetare», de la alegría. En la antífona de entrada de la misa el profeta Isaías, nos pide que nos alegremos.
La Cuaresma no es algo triste y deslucido. Nos llega la alegría inmensa de saber que caminamos hacia la Pascua, hacia la Resurrección del Señor.
San Lucas nos cuenta la preciosa parábola del Hijo Prodigo, donde aparece una padre misericordioso –como nuestro Padre de los Cielos—que espera el regreso de su hijo arrepentido… Dios siempre espera. Dios es un padre bueno y lento a la ira. No tiene en cuenta nuestros pecados.
Si te gusta leer y quieres ampliar tus reflexiones en torno al
tema de la parabola de este domingo, te propongo un buen libro.
«EL REGRESO DEL HIJO PRÓDIGO» de Henri J.M. Nouwen.
En LAS MERCEDES, tendremos la celebración de la penitencia, a las 12,30, al comienzo de la Eucaristía.
Sugerencias para la misa familiar. Pincha en el documento.
CUA-DOMINGO-4o_C1.pdf
Matanza de unos galileos. Dieciocho personas aplastadas….
-. No eran más pecadores que los demás.
-. Las desgracias no son castigo de Dios.
La pregunta no es ¿Dónde está Dios? sino dónde estamos, qué hacemos nosotros para evitar eso.
La pregunta que nos hará cambiar no es por qué permite Dios esta horrible desgracia, sino cómo es que nosotros consentimos tanta miseria, tanto olvido, tanta indefensión, tanta tragedia…
Como la higuera estéril….
Nos cruzamos de brazos, inútiles, sin frutos. Y esperamos con la cabeza escondida esperando que Dios nos castigue.
Y DIOS NO ES ASÏ:
Nuestro Dios es el Dios de la paciencia, el Dios de la segunda oportunidad. El divino impaciente sólo a la hora de atendernos. El nos dice como a Moisés: «Yo soy el que sea… a ti que te importa. Veo los sufrimientos de mi pueblo y voy a sacarlos de la opresión»
Cambiar nuestra idea sobre Dios y sobre los otros. Convertirnos y dar fruto.
Dios mismo se compromete a sembrar en nosotros ilusiones y esperanzas para que otro mundo sea posible.
EINSTEIN: «Quien crea que su propia vida y la de sus semejantes está privada de significado, no sólo es infeliz, sino apenas capaz de vivir»
ABBE PIERRE: A la pregunta «¿Cuál es tu testamento para el tercer milenio?» respondía: » La vida es un trozo de tiempo concedido a la libertad para aprender a amar, es decir, a situar al otro. Si tú eres feliz también lo soy yo. Si sufres comparto tu sufrimiento y pongo todas mis fuerzas junto a las tuyas para amar y curar, junto a tu mal que se ha convertido en el mío»
Sugerencias para la misa familiar. Pincha en el documento
CUA-DOMINGO-3o_C.pdf
Señor Jesús, miramos a todos aquellos niños que sufren en países en guerra.
Ellos son los más débiles y no tienen ninguna culpa de lo que hacen los mayores.
Te pedimos que estés a su lado en esos momentos de angustia.
Te pedimos que acaben todas las guerras y que el mundo reine la paz, porque todos tenemos derecho ser felices.
Señor Jesús, miramos hoy a nuestros padres.
Te pedimos que seamos agradecidos y cariñosos con ellos.
Que seamos buenos hijos y no les demos disgustos.
Ellos son los que más nos quiren y esperan que seamos buenas personas.
Ayúdanos, Jesus, y haznos obedientes como lo fuiiste tú en Nazaret.
Primera tentación se habla de pan.
Jesús responde «no solo de pan vive el hombre».
Jesús propone buscar el reino de Dios y su justicia: que haya pan para todos. En nuestros barrios hay muchos dramas y sufrimientos de quienes carecen de casi todo Cómo despertar el hambre de justicia y de amor en nuestro mundo deshumanizado de satisfechos egoístas.
Segunda tentación se habla de poder y de gloria.
Jesús: «Al Señor, tu Dios, adorarás».
Trabajemos por un mundo más compasivo y solidario. Postrémonos sólo ante el Dios de los pobres, débiles e indefensos, de los necesitados de amor y de esperanza.
En la tercera tentación buscarse a un dios mago.
Jesús no se dejará engañar: «No tentarás al Señor, tu Dios». Solo hará signos de bondad para aliviar el sufrimiento y las dolencias de la gente.
Vida de servicio humilde, arriesgar cada día más en el esfuerzo por lograr una sociedad de hombres más libres y más hermanos.
REFLEXIÓN
Jesús sube al monte a orar. Mientras ora hasta su rostro cambia de aspecto.
Los discípulos suben con él a orar. Pero nada cambia. Pedro dice que allí parece que se está bien.
«Este es mi hijo», dice la voz. «Calla y escucha». «Calla e interioriza».
En una sociedad mercantilizada, consumista, donde campa el individualismo frente al bien común; en una sociedad «líquida» donde lo esencial no tiene consistencia, todo es superficial y se nos escapa entre los dedos… los cristianos estamos invitados a optar por la persona integral, por el compromiso frente a la indiferencia.
Estamos llamados a subir con Jesús a lo más alto del monte, levantar el ánimo y desde un horizonte más elevado olvidarnos del vértigo de la rutina y la pasividad que empujan hacia el abismo.
Subidos en la cima del optimismo lanzar oleadas de solidaridad y recuperar la fraternidad.
ORACIÓN
– Te vas manifestando
– de mil formas, Señor:
– en el encuentro,
– en la confidencia;
– en el llanto y en el gozo,
– en la flor y en la nube;
– en la escucha y en la palabra,
– en el silencio y en la noche;
– en la amistad compartida
– y en la mirada intuida.
– En el rostro amoroso
– del corazón conocido,
– y en los rasgos sufrientes
– del hermano disminuido.
– En el arduo trabajo,
– en las horas de fuego,
– y en el fresco descanso
– del reposo ofrecido.
– Te vas manifestando
– de mil formas, Señor,
– pues en todo te encuentras
– y sin Ti nada tiene sentido.
– Eres el corazón, el aliento,
– el núcleo y el centro de la Creación.
– Haz Señor que bajemos de la nube,
– y que sepamos descubrirte
– reconocerte siempre
– y amarte en todos,
– y en especial en tus predilectos:
– los que más sufren.
Guión para la misa con los niños y las familias en la parroquia.
Pincha en el documento.
