DOMINGO DEL BUEN PASTOR
La escena del pastor acompañado de sus perros obedientes que con una mirada del amo ya saben lo que tienen que hacer, el pastor que al caer la tarde carga con el corderillo recién nacido. ¿No lo has visto? No sabes lo que te has perdido. Pocos quedan ya que lo hayan conocido. Sin embargo la Iglesia nos sigue hablando de ese «Buen Pastor»
Juan XXIII dijo: «la Iglesia es como una vieja fuente de pueblo de cuyo grifo ha de correr siempre agua fresca». En esta Iglesia vieja de veinte siglos hemos de aprender a cargar con los más débiles y acercarlos a beber a la fuente de agua fresca de Jesús.
Jornada Mundial de Oración por las vocaciones. Materiales aquí: Pincha
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El Papa Francisco pidió a los sacerdotes que no perdieran tiempo en mirarse a sí mismos. El buen pastor tiene que “oler a oveja”.
• “Oler a oveja” no significa caer en la suciedad, en el aborregamiento, en la pasividad. El Papa no ha querido subrayar los tonos peyorativos que podría alcanzar esta expresión.
• “Oler a oveja” significa, vivir cercanos a las personas que Dios nos ha confiado, vivir cercanos a sus preocupaciones, a sus problemas, a sus «crisis».
Significa salir a la búsqueda de los otros, entrar en sintonía y en comunión con ellos.
Y me vienen a la mente muchas personas con nombre y apellido que se interesan y están atentos a los otros. Mis vecinas, esa madre de familia que llama a la puerta de al lado y pregunta ¿necesitáis algo?, la catequista de turno que tiene que hacer de madre, de padre y de encargada de guardería… el voluntario altruista, que dedica unas horas a quehaceres varios…. acoger, escuchar, apoyar…
«Oler a oveja» Sacerdotes, catequistas, voluntarios, vecinas en bata y zapatillas de andar por casa…
EL ABRAZO SALVADOR
Se ha comprobado que todos necesitamos contacto físico para sentirnos bien, y una de las formas más importantes de contacto físico es el abrazo.
Cuando nos tocamos y nos abrazamos, llevamos vida a nuestros sentidos y reafirmamos la confianza en nuestros propios sentimientos.
Algunas veces NO encontramos las palabras adecuadas para expresar lo que sentimos, el abrazo es la mejor manera.
Hay veces, que no nos atrevemos a decir lo que sentimos, ya sea por timidez o porque los sentimientos nos abruman, en esos casos se puede contar con el idioma de los abrazos.
Los abrazos, además de hacernos sentir bien, se emplean para aliviar el dolor, la depresión y la ansiedad.
Provocan alteraciones fisiológicas positivas en quien toca y en quien es tocado.
Acrecienta la voluntad de vivir en los enfermos.
Pues debes saber que
CUATRO abrazos al día son necesarios para sobrevivir,
OCHO para mantenerse y DOCE para crecer como personas.
SUGERENCIAS PARA UNA EUCARISTÍA CON NIÑOS
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