AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS COMO …..
Un día Madre Teresa de Calcuta encontró un hombre caído en una alcantarilla muy próximo a la muerte. Estaba sucio, cubierto con unos pobres trapos y las moscas revoloteaban por su cara. La Madre Teresa inmediatamente cayó de rodillas, lo abrazó, le habló dulcemente y comenzó a quitarle la basura que le cubría. Un transeúnte al ver a Madre Teresa exclamó: “Yo no haría eso ni por un millón de dólares”. Madre Teresa le contestó: “Yo tampoco lo haría”. Y citando el evangelio de hoy dijo: “Tenemos que crecer en el amor y para hacer esto tenemos que amar y dar hasta que nos duela”.
Jesús, decíamos en domingos anteriores, el Buen Pastor, nos da “su” mandamiento no para ser obedecido sino para ser vivido en la vida cotidiana.
El Distintivo de la Nueva Comunidad:
Los discípulos de Jesús no son los depositarios de una doctrina, o de una ideología, o los observantes de leyes, o los fieles cumplidores de unos ritos:
Son los que, por el amor mutuo, van a ser un signo vivo del Dios que ama.
La propuesta cristiana se resume en el amor.
El amor es el distintivo, que nos identifica; quien no vive el amor,
no está integrado a la comunidad de Jesús.
El amor no es el problema, creyentes y no creyentes han hecho a lo largo de la historia grandes y heroicos gestos de amor, el problema es el “como yo”.
“Como”, esa corta palabra es la que da miedo, a los que prefieren quedarse en la sección de tarjetas del amor.
+ EL AMOR MUTUO:
-Es SEÑAL de la presencia de Jesús en la comunidad cristiana.
Jesús continúa su presencia y su acción en el amor mutuo
de los discípulos.
-Es el DISTINTIVO del verdadero cristiano:
“La señal por la que conocerán que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros».
-Es MANDAMIENTO NUEVO:
– MANDAMENTO: no es sólo un consejo… Una invitación…
– NUEVO: ¿Dónde está la novedad? «Amar al prójimo como a sí mismo» ya existía en el Antiguo Testamento (Lv 19,18).
«Vivimos en una sociedad donde se ha ido imponiendo la «cultura del intercambio». Las personas se intercambian objetos, servicios y prestaciones. Con frecuencia, se intercambian además sentimientos, cuerpos y hasta amistad.
Eric Fromm llegó a decir que «el amor es un fenómeno marginal en la sociedad contemporánea». La gente capaz de amar es una excepción.
Si la Iglesia «se está diluyendo» en medio de la sociedad contemporánea no es sólo por la crisis profunda de las instituciones religiosas. En el caso del cristianismo es, también, porque muchas veces no es fácil ver en nuestras comunidades discípulos y discípulas de Jesús que se distingan por su capacidad de amar como amaba él. Nos falta el distintivo cristiano.» (Pagola)
SUGERENCIAS PARA UNA EUCARISTÍA CON NIÑOS
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