«Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar?
¿Qué comunidad cristiana no tiene problemas de convivencia?. Mateo diseña una comunidad de discípulos que vive la fraternidad cimentada en el perdón (Evangelio de hoy) y en la acogida a los pequeños y a los creyentes débiles (Mt. 18,6-14).
¿Cómo hay que tratar a los hermanos que se desvían del Camino y pecan?: con la corrección fraterna y con el perdón.
¿Cómo debo tratar al que me ofende?. Jesús responde con la parábola de los dos deudores y con el proceder del Señor ante ellos. El primero tiene una deuda enorme y ante el remedio doloroso que va a tomar el Señor, le suplica insistentemente que le perdone; el Señor se compadece de él y le perdona su enorme deuda. ¿Qué hace con un compañero que le debe mucho menos?: «lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía». Cuando se enteró el Señor, «se indignó y lo entregó a los verdugos. Lo mismo hará con vosotros mi Padre si cada cual no perdona de corazón a su hermano».
Jesús condiciona el perdón del Padre a la sinceridad de nuestro perdón al hermano: «perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden». Jesús, mientras agoniza en la Cruz, cumple lo que enseña: «Padre, perdónales porque no saben lo que hacen»…le puede el Amor, su Amor es más fuerte que el odio de los que le asesinan.
La Nueva Alianza se vive en la Comunidad de Jesús cuando el perdón es la prueba del Amor fraterno. Quien sepa perdonar se encontrará con el Padre compasivo y misericordioso si imitamos su actitud con quien nos ha ofendido ( Salmo 102).
Se atreve a pedir perdón únicamente quien perdona (1ª Lectura).
De la presencia de Cristo en el hermano brota el auténtico amor cristiano, fuente y origen de la comunidad Nueva. (2ª Lectura).
Nos rodean odios, fronteras, amenazas, partidos enfrentados, pateras…Si somos dóciles al Espíritu que el Maestro nos da, seremos comunidad alternativa a las noticias de muerte e injusticia que llenan periódicos y telediarios.
Jaime Aceña Cuadrado cmf
