«¿Es lícito pagar impuesto al César o no?.
Ni el Evangelio ni el objetivo del Domund son aptos para hipócritas; tampoco para vividores ni para comodones. «Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios» (Evangelio). Y el Domund de este año : «Sé valiente, la Misión te espera».
El encuentro con Cristo o es sincero o es imposible; con doblez y segundas intenciones no sintonizaremos con su Vida ni con su Misión. Jesús aporta esta novedad: toda autoridad viene de Dios; obedeciendo a la autoridad obedecemos a Dios; en caso de que la autoridad no cumpla con la voluntad de Dios, en ese supuesto, no estamos obligados a obedecer porque «hay que obedecer a Dios antes que a los hombres» (Hech 4,19).
Uniendo los dos mensajes de la Palabra de este Domingo y el lema del Domund constatamos que la experiencia de Dios y el compromiso de dar a conocer su Reino son un regalo; la Misión no se mide por su «grandeza» periodística sino por el amor que se pone a la hora de llevarla a cabo; en la vida ordinaria y oculta se necesita «valentía» para sembrar el Evangelio y hacer real el Reino de Dios aquí y ahora; todos somos misioneros si formamos parte de la Comunidad de Jesús; somos «levadura en la masa» de nuestras familias, barrios, convivencia vecinal…si nos mueve el Amor experimentamos una Alegría que no da el egoísmo ni el apego al dinero.
Somos Comunidad de elegidos, poseídos por el Espíritu del Resucitado que nos hace «valientes» para ofrecer la Vida que nos regala la fe en el Dios de Jesús. Esta es la fuente para superar el miedo y el respeto humano que paralizan. «El Evangelio es la Buena Nueva que trae consigo una alegría contagiosa, porque contiene y ofrece una vida nueva, la de Cristo Resucitado» (Mensaje del Papa Francisco).
El modelo para vivir y realizar la Misión es Jesús el Buen Samaritano que venda las heridas a los asaltados por ladrones en el camino o explotados en el trabajo o en los procesos económicos. Es modelo, además, Jesús el Buen Pastor porque busca sin descanso a los que se han extraviado y han perdido la esperanza de llegar a la meta: una vida digna. Jesús es Camino y Meta. ¿Me incorporo a la tarea Misionera con valentía porque Jesús nos envía y acompaña?
Jaime Aceña Cuadrado