DOMINGO Vº DEL T. O.

Cafarnaum, ciudad de piedras grises y palmeras, con mucho trasiego comercial, es el lugar donde Jesús realiza su Mesianismo con frecuencia.
Es el Mesías «porque el Espíritu de Dios está sobre mí…me ha enviado a preedicar la libertad a los cautivos y a sanar a los oprimidos por el mal». (Lc. 1, 1-4).


La suegra de Simón estaba en cama, con fiebre.

Cafarnaum, ciudad de piedras grises y palmeras, con mucho trasiego comercial, es el lugar donde Jesús realiza su Mesianismo con frecuencia.
Es el Mesías «porque el Espíritu de Dios está sobre mí…me ha enviado a preedicar la libertad a los cautivos y a sanar a los oprimidos por el mal». (Lc. 1, 1-4).

Jesús libera por la mañana, en su sinagoga, a un hombre poseído por espíritu imundo; después va a casa de Simón y Andrés; compagina el espacio religioso con una casa, en la que bulle la vida real de las personas, donde va formándose la nueva familia de Jesús, donde se inicia una convivencia nueva. «La suegra de Simón está en cama con fiebre» (Evangelio). El comportamiento de Jesús es modelo para el compromiso de su Comunidad, de su Iglesia:

-«Se acercó»: va al encuentro del sufrimiento de las personas.
-«La cogió de la mano»; no le importa caer en impureza, según la ley porque la persona humana es más valiosa e importante.
-«La levantó»: tiende su mano para que la mujer recupere su dignidad: «se puso a servirles». La sanación de Jesús contagia su estilo de vida: «yo estoy entre vosotros como el que sirve».

La urgencia del Mesianismo de Jesús no se limita a la casa, a su comunidad; sale y acepta la realidad que le rodea: «al anochecer le llevaron todos los enfermos y poseídos; la población entera se agolpaba a la puerta»…»curó a muchos enfermos»…»expulsó muchos demonios».

Hoy están muchos enfermos y parados a las puertas de nuestras comunidades; ojalá noten que Jesús está con nosotros; en este caso se nos puede aplicar el «todo el mundo te busca». S. Pablo nos enseña a abrir las puertas y a salir de casa para evangelizar sin soberbia, sin buscar ganancia material o privilegio social; acercarse a «tocar» a la persona: «me he hecho débil con los débiles para ganar a los débiles, me hago todo para todos…por el Evangelio» (2ª lectura).

Nuestros vecinos padecen sufrimientos; la fuerza para sanar es la fe en Dios, a quien Job se dirge confiado (1ª lectura), como prólogo de la actitud de Jesucristo que carga con los sufrimientos de todos, confiado en el Padre. Con el salmo 146 nos volvemos al Señor «que sana los corazones destrozados» y nos invita a la revolución de la ternura para sanar y liberar porque somos su comunidad, la Iglesia de la Nueva Alianza. (Papa Francisco, E.G. 88).

Jaime Aceña Cuadrado cmf

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