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DOMINGO VI DE PASCUA 6 de Mayo


«Esto os mando: que os améis unos a otros»

Las comunidades primitivas nos ofrecen la Fuente de su alegría Pascual; nos invitan a beber de su experiencia. Es bueno que, a la luz de los textos de la Palabra, nos preguntemos de donde viene la Alegría de esas comunidades.

Experimentan que Jesús les quiere y pierden el miedo: «como el Padre me ha amado, así os he amado yo» (Evangelio). ¿Qué dijo y qué nos dice Jesús?. Abramos el corazón: «os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros y vuestra alegría llegue a plenitud». ¿Qué nos impide acoger este regalo?.

Preocupados estamos por lo menos importante: salud, prestigio, bienestar material…todo se nos dará por añadidura si nos ocupamos en el Reino de Dios; «en esto consiste el amor, no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó primero» (2ª lectura).

El vivir de aquellos hermanos se orienta por las mismas pisadas y actitudes del Resucitado; nuestrocamino de hoy puede seguir los mismos pasos del Resucitado: «no sois vosotros los que me habéis elegido. Soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y déis fruto y vuestro fruto dure…esto os mando, que os améis unos a otros». Ya no somos siervos, somos sus amigos; «todo lo que he oído a mi Padre, os lo he dado a conocer (Evangelio para meditar y acoger en la verdad profunda de lo que somos y anhelamos).

En lo profundo se oye «la fonte que mana y corre» (S. Juan de la Cruz); bebamos si amamos, porque «todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios» (2ª lectura). Razonemos lo justo…pero amemos del todo.

Este Espíritu rompe barreras , inicia tradiciones nuevas, supera prejuicios. Con S. Pedro afirmamos «que Dios no hace distinciones», porque el don del Espíritu se derrama sobre la familia gentil de Cornelio (1ª lectura). La «fonte» del Bautismo mana también en los que «practican la justicia, sean de la nación que sean».

Oremos con el salmo 97: «El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia; los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios…».Nosotros somos ahora la comunidad sobre la que el Señor derrama su cariño, su misericordia. ¿Qué nos impide vivir alegres?.

Jaime Aceña Cuadrado cmf

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