Solemnidad de Todos los Santos 1 de Noviembre
Vamos superando la creencia de que los santos menospreciaban las realidades de esta sociedad y recuperamos la certeza de que santas son todas las personas que acogen la Gracia de Dios, dóciles a las inspiraciones del Espíritu que Jesús de Nazaret comunica para transformar las realidades de la sociedad en primicias del Reino de Dios.
La presencia de Jesús en la sociedad de Israel es signo feliz de la venida del Reino. Jesús es la respuesta a los pobres, hambrientos y afligidos. Por el camino de las bienaventuranzas el discípulo llega al encuenrtro de Cristo, ahora como anticipo de la plenitud del Reino (Evangelio).
Este futuro es poseido en esperanza por los que aceptan al Cordero que quita el pecado del mundo ( 1ª Lectura). Estos son los santos incorporados a Cristo por el Bautismo, bañados en la sangre del Cordero; estos han recorrido el áspero camino de las bienaventuranzas.
Nosotros estamos en camino hacia la gran Victoria del Reino de Dios, que ya vivimos en primicia, mientras peregrinamos; nosotros cantamos con los bienaventurados, el Santo, Santo, Santo…porque reconocemos el señorío de Dios, revelado en Jesús de Nazareth. Sólo es posible si vivimos «con manos inocentes y puro corazón», buscando al Señor (Salmo 23).
Dios-Padre nos ama y nos llama «hijos» y nos ha elegido para «vivir en el Amor». (2ª lectura). Es urgente que renovemos el compromiso de vivir unidos a Cristo para experimentar que «somos hijos de Dios, Y aún no se ha manifestado lo que seremos». Vivamos despìertos para que la venida del Señor, que pasa a nuestro lado, no sea inútil.
Jaime Aceña Cuadrado cmf.