LA EPIFANÍA DEL SEÑOR: 6 de Enero de 2019.
Todos vamos madurando una respuesta a los problemas que plantean los derechos humanos o el compromiso por la justicia como cimiento de paz estable; todos nos identificamos con alguna oferta de líderes sociales, de partidos políticos, de asociaciones internacionales (ONU por ejemplo). Y todos constatamos los fracasos reiterados y corrupciones que impiden lograr esos objetivos tan humanos y razonables.
Nos cuesta reconocerlo, pero, en el fondo, anhelamos un Salvador que haga posible la realización de nuestros anhelos más profundos. En la Edad Antigua estaba presente este anhelo en los pueblos que habitaban entre los rios Tigris y Eúfrates (Mesopotamis), El Evangelio de Mateo recoge esta esperanza y la enriquece con datos bíblicos: profecías de Miqueas, estrella de Jacob, ofrendas de oro e incienso y realza el nacimiento de Jesús sobre el de Moisés -«salvado de las aguas», como nacimiento del Rey de los judíos, el nuevo Moisés; contrasta la docilidad de los gentiles magos con el rechazo de su pueblo: escribas, Herodes…La fe de los Magos sigue siendo camino luminoso para toda persona de buena voluntad. (Evangelio).
La salvación que trae el Mesías se describe como una luz de amanecer que vence las sombras de muerte que dominan el mundo (1ª lectura). Su resplandor puede guiar a los pueblos. El salmo 71 asegura que el Reino de Dios, que va a inaugurar el Mesías, será un reino de justicia para los pobres y humildes; se ha iniciado ya, pero todaví no ha llegado a plenitud: «se postrarán ante tí, Señor, todos los reyes de la tierra».
Pablo, Apóstol de los gentiles,escribe que el plan salvador de Dios se ha revelado también a los gentiles ahora, porque son «coherederos, miembros del mismo Cuerpo y partícipes de la Promesa de Jesucristo, por el Evangelio (2ª lectura). Consecuencias: todos estamos llamados a la Salvación, todos somos miembros de la única Iglesia de Cristo porque uno sólo es el Cuerpo de Cristo; ya no hay judío y gentil, libre o esclavo. Falta mucho para conseguir este ideal. Sigamos su Estrella y si abrimos el corazón a los que sufren sin esperanza, alumbraremos el Camino para que todos lleguen al Salvador: refugiados, familias rotas, parados, enfermos…
Jaime Aceña Cuadrado cmf