DOMINGO VIIº del T. O. 24 de Febrero-19:»Amad a vuestros enemigos»…
Hoy la violencia está muy presente en el cine, en las noticias…tienen mala prensa el perdón y la misericordia. Está muy extendida la opinión: «si perdonas te muestras débil…seguro que no te perdonan a tí»; «el que es misericordioso no se abre camino»…
Jesús sigue mostrando el Reino de Dios y expone la conducta del que quiera ser verdadero discípulo suyo: debe ser misericordioso como lo es el Padre (Evangelio). La misericordia es el amor del Padre que transforma nuestra vida porque hemos experimentado su perdón incondicional en Cristo compasivo, sacrificado.
Ya se había manifestado la misericordia del Padre en la historia de Israel: siempre protege a su pueblo y a sus elegidos, a David que da un ejemplo de heroísmo, aunque es débil, perdona la vida a su enemigo Saúl, que duerme (1ª lectura). El perdón de los enemigos es algo que sobrepasa las fuerzas humanas. Cristo nos lo pide hoy, pero Él va delante con su ejemplo al hablar con ellos, al agonizar en la cruz…
La perfección de Dios es perdonar, hace salir el sol sobre buenos y malos; tiene paciencia, conoce nuestro barro y si oramos porque «el Señor es compasivo y misericordioso», su ternura le hace poderoso ante nosotros y nos cambia el corazón porque «es lento a la ira…y no nos paga según nuestras culpas» (salmo 102).
Como herederos de Adán somos mortales; como coherederos del segundo Adán (jesucristo) «seremos también imagen del hombre celestial», resucitados. (2ª lectura). Vida resucitada es orar con el Espíritu de Jesús y mostrar su imagen con el amor perfecto, generoso, a la medida del Padre del cielo que nos ha creado a su imagen y semejanza.
Jaime Aceña Cuadrado cmf
