SOLEMNIDAD SMA. TRINIDAD 16 de Junio 2019
«Lo que tiene el Padre es mío. El Espíritu recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará».
¿Cómo evitar hablar de Dios desde nuestras creaciones humanas?. ¿Es posible afirmar algo sobre Dios al que no vemos y del que no tenemos evidencia científica de su existencia?. Hay tanta literatura y tantas imágenes de Dios que muchos, aturdidos, no quieren saber nada.
Abramos el corazón a la Palabra encarnada, Jesucristo el Señor. Contemplemos desde su corazón el misterio de Dios. La Sabiduría de Dios ha sido engendrada antes de existir el mundo (1ª lectura). La Sabiduría y sus relaciones con Dios, son iluminadas por Cristo, «sabiduría de Dios» -como escribe S. Pablo; la Sabiduría es el Verbo nacido del Padre antes de todos los siglos.
Ese Hijo, hecho hombre, es Jesucristo, nuestro mediador y guía en el camino hacia Dios (2ª lectura). Nos identificamos con la experiencia religiosa de Jesús de Nazaret: «A Dios nadie le ha visto jamás; el Hijo único nos le ha dado a conocer» (Jn. 1,18). Jesús da a conocer a Dios en la entraña humana: «Padre nuestro que estás en los cielos…»»y cuando aún el Hijo estaba lejos, el Padre le vió, echó a correr, le abrazó, le besó»…»Id haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo»…(final del Ev de Mateo).
Ese Espíritu nos guía hacia la verdad plena. Procede del Padre y del Hijo y es Dios. por la fe y los sacramentos nos introduce en la familia de Dios, que es comunión de tres Personas distintas y un sólo Dios verdadero (Ev). Cada Eucaristía anticipa el banquete eterno en el que alcanzaremos la plenitud de la contemplación del Misterio de Dios, uno y trino.
Adoremos a la Trinidad Providente. más íntima a nosotros que nosotros mismos; con una condición: si alguno cumple la Palabra «el Padre le amará y vendremos a Él y haremos morada en Él»-enseña Jesús-.
Oramos con el salmo 8: «¡Señor, Dueño nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra!». Somos llamados a convertir la Creación e un canto de Alabanza a Dios, que se manifiesta en el Cosmos y que susurra en nuestro interior, cosmos pequeño que domina y pone palabra y plegaria a todo lo que existe.
Jaime Aceña Cuadrado cmf