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DOMINGO XXIX del T. O. 20 de Octubre 2019

DOMUND: BAUTIZADOS, ENVIADOS».
«Orar siempre sin desanimarse»


Todos reconocemos que necesitamos orar; todos confesamos que tenemos dificultades para orar: las prisas, el cansancio, no encontramos tiempo ni lugar tranquilo, nos distraemos mucho…¿qué hacer?.

En el libro de su Vida Santa Teresa de Jesús afirma: «por no estar arrimada a esta fuerte columna de la oración, pasé este mar tempestuoso casi veinte años con estas caidas, porque ni yo gozaba de Dios, ni traía contento en el mundo». La campaña misionera del Domund nos urge a abandonar nuestra tibieza para madurar como testigos enviados a la Misión. La oración es la clave porque nadie da lo que no tiene.

Quien hace posible la oración es Dios que nos atrae como una madre a su criatura. Dios nos ama primero y está en nuestros quehaceres. Los israelitas vencen a los amalecitas no por el poder de Moisés, sino por la ayuda de Dios implorada por el caudillo del pueblo (1ª lectura). Entre las manos de Moisés está «el cayado de Dios»; sus manos levantadas en plegaria expresan el pastoreo y el poder de Dios.

En la lucha de cada día nos invade, con frecuencia, el desaliento porque no enconyramos soluciones y no vemos la salida del tunel de los problemas y enfermedades; recobramos el ánimo cuando «levantamos los ojos a los montes» en busca de auxilio; con el salmo 120 reconocemos que «el auxilio viene del Señor que hizo el cielo y la tierra»; cada día experimento su prencia porque mi «guardián no duerme» y me guarda de todo mal. La presencia alentadora de Dios culmina en Cristo levantado sobre la tierra, que atrae a todos a ´sí, que ha vencido el último mal: la muerte.

«Que amor saca amor» (Santa Teresa). Jesús nos ama primero y nos invita a orar «sin desanimarse» (Evangelio). Si un juez injusto, desmotivado, atiende la petición de una mujer desesperada sólo para que no le moleste y le deje en paz…¡cuánto más nuestro Padre-Dios que es justo y nos ama «entrañablemente» nos atenderá con amor?. El Padre hará justicia pronto a sus elegidos. Esta justicia es vivir con fe y confianza en el Padre y con amor incondicional a los hermanos; esto es fruto de la oración cristiana, más allá de peticiones concretas. ¿Persevero en la oración?.

«El hombre de Dios estará perfectamente equipado para toda obra buena» (2ª lectura). La Sabiduría se nutre de la escucha de la Palabra de la verdad para proclamarla con la vida. El cristiano que bebe de esta Sabiduría, se siente urgido a comunicar siempre y en todo lugar esta Palabra que es Cristo «a tiempo y a destiempo». ¿Soy testigo alegre del Resucitado? (Domund).

Jaime Aceña Cuadrado cmf.

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