DOMINGO 1º DE NAVIDAD: SAGRADA FAMILIA, 29-12-2019
José obedece al ángel y «coge al niño y a su madre y huye a Egipto» (Evangelio). Se inicia un nuevo Éxodo de ida y vuelta.
Jesús, José y María, refugiados en Egipto, son la viva imagen de los éxodos y refugiados de hoy que convierten, con frecuencia, en cementerios los desiertos y los mares (Papa Francisco).
Regresan cuando muere el tirano Herodes; José se stableción con su familia «en un pueblo llamado Nazaret. Así se cumplió lo que dijeron los profetas, que se llamaría nazareno». Viven en familia según el modelo y la tradición judía.
El Eclesiático describe los deberes para con los padres cuyo cumplimiento tienen un valor religioso:
-Honrar a los padres equivale al sacrificio cultual expiatorio de los pecados, atrae las bendiciones de Dios (largos días, prosperidad) y da eficacia a la oración.
-Abandonar a los padres es pecado grave y atrae la maldición divina (!ª lectura).
El salmo 127 canta la dicha de los que temen al Señor y siguen sus caminos, sus mandatos: el justo es dichoso porque come del fruto de su trabajo y por su familia: «tu mujer como parra fecunda en medio de u casa, tus hijos como renuevos de olivo alrededor de tu mesa».
S. Pablo pondera la vida de familia a la luz de la Nueva Alianza de Jesús con su Pueblo: a) La vida familiar debe estar presidida por el amor que une a todos; b) La paz de Cristo ha de ser como el árbitro que dirima los conflictos ordinarios de la vida familiar, que mantenga la unídad del cuerpo de Cristo; c) la Palabra de Cristo debe ser aceptada en toda su variedad en la familia: niños, jóvenes, adultos, ancianos…
d) «vivir en el Señor» comporta darle gracias, que los esposos se amen; que no exasperen a los hijos para que no pierdan el ánimo; que los hijos obedezcan porque aman a sus padres (2ª lectura).
Oremos para que eduquemos a los niños y a los jóvenes con el ejemplo en la entrega fiel, en especial en las familias, iglesias domésticas. Que eduquemos en la amistad y el respeto como antesala del Amor.
Jaime Aceña Cuadrado cmf.
Y educar con el ejemplo; no exasperarle para que no pierdan
