DOMINGO IIº DE NAVIDAD 5 de Enero de 2020
«Se hizo carne y acampó entre nosotros»
El Evangelio de este domingo coincide con el Evangelio del dia de Navidad. La Liturgia nos invita a contemplar el misterio del Verbo (Palabra) de Dios hecho hombre. El prólogo del Evangelio de S. Juan es una sinfonía del misterio de Jesucristo que nos asombra.
Jesucristo es la Palabra de Dios que existe desde el principio y es Dios eterno (Evangelio). Es Palabra Creadora, «por medio de la Palabra se hizo todo». La Creación es la primera Noticia de Dios, su Revelación primera; todo lo creado nos remite al Creador. La Palabra es Vida y Luz de los hombres, para ellos-as se hizo todo lo que existe. Pero «vino a los suyos y los suyos no le recibieron»; es el drama de la Redención que libera de las tinieblas, pero hay muchos que prefieren las tinieblas a la Luz. A los que creen y se dejan alumbrar por la Palabra «les da poder para ser hijos de Dios». Los creyentes somos engendrados por el Espíritu, que nos hace hijos de Dios en el Hijo encarnado. «Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros». Hemos visto su gloria, que es la gloria del Padre; «a Dios nadie le ha visto jamás; el Hijo único -la Palabra- nos le ha dado a conocer».
La Sabiduría de Dios es una persona (1ª lectura). Nos habla de Jesucristo, Palabra de Dios en lenguaje humano, en nuestra historia.
«Él envía su mensaje a la tierra y su Palabra corre veloz» (Salmo 147). Es la nueva presencia de Dios entre nosotros.
El Padre nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bendiciones que S. Pablo las concreta en dos: «nos predestinó a ser hijos adoptivos suyos por Jesucristo» y nos ha llamado a ser «santos por el amor» (2ª lectura). Comprendamos y cultivemos «cuál es la esperanza a la que nos llama» y que ninguna riqueza o afán de este mundo nos haga olvidar nuestra herencia, «la herencia de los santos».
Jaime Aceña Cuadrado cmf