…»Él fué, se lavó y volvió con vista»
Domingo 4º de Cuaresma 22 de marzo de 2020.
La Palabra de Dios nos sigue aportando nutrientes espirituales en pleno camino hacia la Pascua.
El ciego de nacimiento encarna nuestra desorientación y tiniebla; el ciego no sabía qué era la luz hasta que un dia se encontró con el Sol; empezó a ver y empezó a creer; la luz material le fué llevando a la luz de la fe, a la luz del corazón. (Evangelio).
Jesús-Luz cura mi ceguera que me envuelven las tinieblas, peligrosas, me causan miedo y me paralizan; guía mis pasos en mi noche, como hiciste con los Magos y su estrella;aplica a mis ojos el colirio de tu Verdad y sácame de la noche, como hiciste a Nicodemo. Quiero verte, conocerte para amarte y seguirte; te suplico que limpies mis ojos con el colirio de la Esperanza, como al anciano Simeón; cura mi ceguera con el colirio de tu misericordia, con el colirio de tu gloria, como en el Tabor; con el colirio del perdón como a Pedro; sáname con el colirio del amor, comoa Magdalena; aliméntame con tu Pan y tu Palabra, como en Emaús; pon tus manos en mis ojos mendigos de Fe.
Si la elección de David hubiera dependido de una votación de mocrática, hubiera perdido ante sus hermanos; los hombres miramos el exterior; Dios, en cambio, conoce el interior de cada persona y elige al pequeño (1ª lectura). La elección divina entonces y hoy, la podemos resumir en esta frase de S. Pablo: «la fuerza se realiza en la debilidad»
La obra de David resaltará la fuerza y el poder de Yahveh, que le ha elegido y ungido.
Para corresponder y perseverar en la «elección» de Dios necesitamos orar: «el Señor es mi Pastor, nada me falta…repara mis fuerzas…tu bondad y misericordia me acompañan todos los días de mi vida» (Salmo 22).
Si obramos buscando el bien y la verdad, somos hijos de la luz; si nos mueve el egoísmo, somos de las tinieblas; por el Bautismo nos incorporamos a la Comunidad de la Luz y de la Paz.(2ª lectura).
Hemos de cuidar esta pertenencia mientras caminamos.
Jaime Aceña Cuadrado cmf