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DOMINGO IVº DE PASCUA 3 de Mayo de 2020.

«…el que entra por la puerta es pastor de las ovejas».


Si nos mueve la fe para seguir celebrando la Pascua, afirmamos que Jesús Resucitado vive entre nosotros, también en tiempos de pandemia.

Hoy se concluye la Catequesis de Pedro iniciada el día de Pentecostés. Insiste: aquel a quien rechazáteis y crucificásteis, hoy se presenta a vosotros como vuestro único Salvador, (1ª lectura). El Espíritu Santo ilumina y fortalece a Pedro; también el Espíritu Santo conmueve los corazones del pueblo que escucha. Fueron muchos los que se convirtieron y se hicieron bautizar en el Nombre de Jesús Resucitado.

La carta de Pedro conforta a aquellos que sufrimos por Cristo, así nos unimos a Él que padeció pasión. Sufrimos por amar a Cristo y hacer el bien con Cristo, al que el Apóstol describe paciente, inocente, obediente, solidario muere para que vivamos (2ª lectura). «Sus heridas os han curado»; sin Él andábamos como ovejas descarriadas, «pero ahora habéis vuelto al pastor y guardián de vuestras almas».

Jesús es Pastor que va delante, abriendo camino; las ovejas le siguen; también es la Puerta del aprisco (Evangelio); tengamos cuidado con los bandidos que asaltan el rebaño y no entran por la Puerta. Seguimos al Pastor Bueno que pone nombre a cada oveja, no descansa hasta encontrar la descarriada, respeta la libertad de cada oveja, perdona sus debilidades y cura sus enfermedades, evita las aguas turbias y los pastos dañinos, se enfrenta a los lobos…

Que brote de nuestro corazón el salmo 22: «el Señor es mi Pastor nada me falta»; es el pasto y es el agua; es el vino y es el pan; es el canto y el silbo que seduce; es medicina contra el mal.

Es el día de la madre. ¿Verdad que las madres tienen un corazón semejante al del Buen Pastor?. Sí, se parecen mucho.

Jaime Aceña Cuadrado cmf

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