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«Preparadle el camino al Señor» DOMINGO II DE ADVIENTO

6 de Diciembre de 2020


El mensaje de este domingo es «preparadle el camino al Señor»; Él está viniendo; allanemos el camino por el que el Señor viene: la colina del odio se allana con el perdón; la colina de la soberbia se allana con la humildad y el servicio…nuestra espera es activa si necesitamos, de verdad, al Señor que ya está en camino.

Nos vemos reflejados en la experiencia de Israel, cautivo en el destierro; hoy las noticias insisten en nuestras cautividades; frente ante tanta oscuridad, amanece la luz: «consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios» (1ª lectura). Así comienza la profecía del retorno a la Tierra Prometida; si el primer Éxodo desde Egipto fué una travesía difícil por el desierto, este segundo Éxodo desde Babilonia es más alegre y esperanzado porque es el camino que hace el Señor: «mirad, Dios, el Señor, llega con fuerza…la recompensa le precede»; el Señor «es como un pastor, apacienta el rebaño…lleva en brazos los corderos, cuida de las madres». El Señor que está en camino hacia nosotros es la mejor noticia para esta sociedad que ha perdido el rumbo y nos enfrenta. El que viene trae la Paz, la Justicia…

La salvación está cerca de sus fieles; oremos con el salmo 84: «Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación»…»Dios anuncia la Paz, la misericordia y la fidelidad se besan», «la justicia marchará ante Él».

El retraso de la venida del Señor mete a la comunidad en crisis. Sin embargo el Señor vendrá, está viniendo; El autor de la segunda carta de Pedro nos da las claves para no desesperar: -el tiempo de Dios tiene un valor distinto al nuestro; -la aparente tardanza del Señor se debe a su voluntad de salvar a toda persona; -el tiempo presente es oportunidad de salvación porque hacemos las obras del Reino de Dios, que ya está presente entre nosotros, pero todavía no ha llegado a plenitud (2ª lectura). Esperamos activos.

Comieza el Evangelio de Marcos: «Yo envío mi mensajero delante de tí…preparadle el camino». Y la voz que clama en el desierto es Juan el Bautista que nos muestra cómo se espera al Señor-Mesías y como se le encuentra (Evangelio). ¿Qué hace Juan?, bautiza en el desierto, bautismo de conversión porque hay muchas sombras que abandonar; su modo de vida está marcado por la austeridad, como el profeta Elías que también predicaba un mensaje de arrepentimiento en el desierto, junto al Jordán. Y anuncia al que viene: «yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias» y su bautismo será diferente porque va a bautizar con Espíritu Santo.

Abramos el corazón a la vida nueva que el Señor, que está llegando,
quiere generar en este momento concreto de la historia. Si dejas que asome la esperanza en tí, Él te va a decir sonriendo: «¡Aquí estoy!».

Jaime Aceña Cuadrado cmf

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