Nuevo artículo

DOMINGO IIIº DE ADVIENTO 13 de Diciembre de 2020

«En medio de vosotros hay uno que no conocéis».


Identidad personal y vocación son dos realidades constitutivas de la persona humana madura. «Tú quién eres?, ¿qué dices de tí mismo?» (Evangelio). «Yo no soy» el Mesías que esperáis; «yo soy la voz que grita en el desierto: allanad el camino del Señor». El Bautista prepara la llegada «del que es»; las expectativas sociales del pueblo están lejos de la identidad del que viene: «en medio de vosotros hay uno que no conocéis»; el Bautista no le suplanta: «yo bautizo con agua»…el que viene trae otro bautismo, el del Fuego, el del Espíritu Santo -dirán los otros evangelistas-.El que viene «existía antes que yo y al que no soy digno de desatarle la correa de la sandalia» -tarea del siervo más inferior-
El que viene es la luz,yo soy «testigo de la luz»-proclama.Dias después le señalará entre la gente que acude al Jordan a bautizarse: «este es el Cordero de Dios».

El Profeta tiene una misión porque ha recibido poder del Espíritu: «El Espíritu del Señor está sobre mí…para dar la buena noticia a los que sufren». Con su palabra cura por dentro los corazones desgarrados, proclama la amnistía a los cautivos, se inicia un año Jubilar. Comienza una etapa de perdón y salvación que Dios otorga a todos. La tierra que habitamos se va a convertir en jardín de justicia, por eso se escuchan cánticos de alegría y alabanza en todos los pueblos. (1ª lectura).

La Palabra de Dios anuncia salvación, liberación de todo lo que deshumaniza…hacemos nuestra la plegaria de la Virgen del Adviento, María embarazada del Salvador: «Proclama mi alma la grandeza del Señor…a los hambrientos, colma de bienes; a los ricos despide vacíos»; su alegría maternal es alegría de todos nosotros, a los que Dios nos mira en nuestra humildad, como a Ella (Salmo-Mgnificat).

Pablo nos propone un plan de vida mientras esperamos al Señor en su segunda venida: «estad siempre alegres, sed constantes en orar, dad gracias en toda ocasión, no apaguéis el Espíritu, no despreciéis las profecías,examinadlo todo, quedáos con lo bueno; guardáos de toda clase de mal». (2ª lectura). Cultivemos estas actitudes espirituales para que nadie nos robe la esperanza cierta: el Señor, el Salvador, está llegando; alegráos.

Jaime Aceña Cuadrado cmf.

Marcar el enlace permanente.

Comentarios cerrados.