DOMINGO DE LA SAGRADA FAMILIA 27 de Diciembre 2020
«José y María, la madre de Jesús, estaban admirados…»
Afirma un proverbio africano: «si quieres ir rápido, camina sólo; si quieres llegar lejos, ve acompañado». Aplicado a la vida familiar tiene pleno sentido: nacer, crecer, educar, amar…todo lo humano necesita compañía, acontece por otros.
A la luz de la Palabra, la familia es una escuela de relaciones; relacionarse es un aprendizaje. El cuarto Mandamiento de la Ley de Dios urge al amor a quien nos lo han dado todo, incluso la vida; amor hasta la muerte de los padres, incluso en la vejez y debilidad; es la mejor ofrenda a Dios; es sacrificio expiatorio de los pecados (1ª lectura). ¿Soy de los hijos fáciles en aparcar a los padres en residencias?.
S. Pablo nos recuerda el origen del compromiso por los padres y la familia: la Caridad; sus actitudes encuentran también campo abonado para sembrarlas en las comunidades: parroquias, fraternidades de religiosos-as… la Caridad nos preside si nos mueve compasión entrañable, bondad, humildad, mansedumbre, paciencia, perdón, alabanza alegre a Dios…la Paz preside la convivencia y es el bien supremo que salvaguardamos en los conflictos porque la familia, la comunidad, son el Cuerpo de Cristo y nos comprometemos a no romperle ni dividirle (2ª lectura).
La familia es el ámbito en que crecemos en Sabiduría y Gracia de Dios, como el Niño de Nazareth (Evangelio). El Papa Francisco ha abierto el Año Jubilar de S. José, del que resalta su compromiso en la familia que forma con María y Jesús, estímulo para las familias de hoy: con corazón de padre amó a Jesús; padre en la ternura; padre en obediencia a la voluntad de Dios, padre en la acogida incondicional a María, padre trabajador, padre en la sombra. S. José creyente humilde ante el Misterio concebido en María: ruega por nosotros y por nuestras familias.
Jaime Aceña Cuadrado cmf.