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PRIMER DOMINGO después de EPIFANÍA 10-I-2021

«Tú eres mi Hijo amado, mi preferido»


Juan el Bautista encarna el hastío de mucha gente de entonces y de hoy, encarna el anhelo de algo nuevo que empuje hacia una experiencia ilusionante de vida. ¿Qué hemos de hacer?, ¿por qué no volvemos todos al Jordán y probamos caminos nuevos?. En aquel tiempo Jesús lo hizo y nos invita a seguirle para bautizarnos, para nacer de nuevo del agua y del Espíritu Santo (Evangelio). Hoy tenemos ocasión de renovar nuestro Bautismo cultivando la experiencia de que somos Comunidad de fe: Jesús lo hace bautizándose con el pueblo penitente por Juan, solidario con los pecadores; hagamos silencio para orar agradecidos porque el cielo se abre, porque nacemos a una nueva Vida, porque el Padre nos reconoce como hijos amados en «el Hijo preferido».

Renovar nuestro Bautismo nos devuelve a nuestra identidad original, renacidos en el nuevo hogar en el que el Padre hace posible que vivamos como hermanos porque Él es el Padre de todos los nacidos del agua y del Espíritu Santo. Con la rutina olvidamos esta Gracia: compartimos la Vida Trinitaria, somos eternos por Él.

El Siervo se presenta humilde, sencillo; pero en su actuación es firme, tenaz, fiel, obediente; Dios lo guía amorosamente para que sea Alianza de las naciones, luz de los pueblos, libertador de los oprimidos (1ª lectura). El Bautismo significó para Jesús su unción como siervo amado; ungido por el Espíritu, tiene poder para perdonar, para hacer
recobrar la imagen original a las personas, rota por el pecado.

Con el salmo 28 aclamamos al Señor porque «bendice a su pueblo con la Paz». Compartimos la gloria de Dios por la obediencia de Jesús, el Siervo; nacidos «del agua y del Espíritu», formamos humanidad nueva, sin muros ni fronteras.(2ª lectura).

Hoy podemos fortalecer el proceso de nuestra Fe en los puntos débiles de nuestra cansina vida cristiana: Hagamos Silencio (exterior e interior) para acoger el Mensaje (meditarlo, orarlo); la Oración nos lleva a crecer en la Fe; la Fe nos lleva a la Caridad y la Caridad al Servicio fraterno y al Testimonio alegre. Vivir en Jesús es dejarse guiar por las mociones del Espíritu Santo. Así convertiremos el Año Nuevo en Año de Gracia.

Jaime Aceña Cuadrado cmf.

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