MIÉRCOLES DE CENIZA 17 de Febrero de 2021
«Mirad, estamos subiendo a Jerusalem» (Mt.20,18).
Jesús, en el camino, anuncia a sus discípulos su Pasión-Muerte-Reusrrección para cumplir la voluntad del Padre; Jesús une en su Persona Encarnada Misión-Pasión-Resurrección, «se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte y muerte de Cruz» (Flp 2,8).
El Papa Francisco en su Mensaje para la Caresma-2021 la presenta como Tiempo para renovar la Fe, la Esperanza y la Caridad:
-Renovemos nuestra Fe con la Conversión para saciar nuestra sed, acogiendo la Palabra de Dios «con la inteligencia del corazón». Fe es recibir y acoger a Dios que sale a nuestro encuentro; es permitirle poner su morada en nosotrosn(Jn. 14, 23).
-Mantengamos viva la Esperanza, aunque sea provocación hablar de Esperanza en este tiempo frágil, con futuro incierto, amenazado por la pandemia. Jesús nos ofrece «Agua viva», como a la Samaritana; Jesús es el manantial de la Esperanza (Jn.4,10). El «Agua viva» es Espíritu Santo que sacia nuestra sed y fundamenta nuestra Esperanza: «al tercer día, resucitará». El futuro es saciarse del perdón del Padre -afirma el Papa- en su corazón abierto; si nos convertimos en difusores del perdón que hemos recibido, celebraremos la Pascua de la fraternidad, única alternativa a nuestro mundo enfermo.
-Urgidos a vivir la Caridad con atención y compasión por cada persona; esta es la expresión más alta de nuestra Fe y de nuestra Esperanza. El Amor-Caridad no se acaba nunca; vivamos la Cuaresma con mirada de amor, cuya fuente inagotable es el corazón misericordioso del Padre, que encarna Jesús en su ministerio y en su Pascua.
El Papa Francisco concreta este manantial del Espíritu en las prácticas habituales de la conversión cuaresmal: Ayuno, Oración, Limosna, propuestas del mismo Jesús (Mt. 6, 1-18).
Ayunar significa liberar nuestra existencia de todo lo que estorba en nuestro seguimiento de Jesús: soberbia, exceso de información y consumo, para abrir nuestro corazón al que viene a nosotros pobre del todo, lleno de Gracia y de verdad (Jn 1,14); y abrirnos al prójimo que vemos herido o caído, o feliz…en el prójimo está el Señor, «tuve hambre y medisteis de comer…»(Mt. 25, 31-46).
Orar es crear espacios de silencio para el trato filial con el Padre desde el Corazón del Maestro. Supone liberarnos de prisas, activismo…
para encontar el Amor en los profundo de nosotros, en el manantial de «Agua viva».
Limosna sin buscar el reconocimiento. Hay una gama grande de compromiso en la limosna: vencer nuestros caprichos, entregar nuestro tiempo y cualidades en causa nobles de liberarciónes humanas (pastorales, sanitarias, educativas) hasta compartir lo necesario para vivir. ¿Hacia dónde nos lleva el Espíritu Santo?…¿Qué Pascua estoy preparando?.
Jaime Aceña Cuadrado cmf