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DOMINGO VIIº DE PASCUA 16 de Mayo de 2021.

ASCENSIÓN DEL SEÑOR: «¿Qué hacéis ahí plantados, mirando al
cielo?.


Nos hacemos preguntas que no venden en tertulias, ni en periódicos, ni en twitwr…»hacia dónde vamos?, ¿cuál es nuestra última meta?».
El Evangelio de S. Juan nos ayuda a vislumbrar la respuesta porque engloba la Pasión, Muerte, Resurrección y Ascensión como meta última de Jesús: «la vuelta al Padre». Su partida no es fuente de tristeza para los discípulos de siempre porque su meta es la nuestra, porque hay una corriente de Vida que no cesa: Padre-Hijo-Espíritu Santo-discípulos…ida y vuelta, Encanación y Ascensión con el Hijo, si vivimos en Él.

No perdemos la Esperanza porque Jesús es fiel, cumple su Promesa y nos enviará el Espíritu Santo defensor-abogado-sabiduría-brisa-fortaleza. Jesús «consagra a sus discípulos para que continuemos su misión, aunque haya persecuciones. Estamos «urgidos» a proclamar el Evangelio, acompañados de estos signos:»echarán en mi nombre demonios, hablarán lenguas nuevas…impondrán las manos a los enfermos y quedarán sanos» (Evangelio).

La Ascensión es el Éxodo definitivo: retorno al Padre, entrada en la Gloria definitiva, consumación del sacerdocio de Cristo y condición para que nos envíe el Espíritu Santo prometido; ya el miedo no tine la última palabra; miremos a la tierra para construir el Reino; la fe nos mantiene en unión con el Señor glorificado, nos hace testigos de su triunfo en el que todos participamos si le acogemos como el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo y «que volverá como le habéis visto marcharse» (1ª lectura).

La Salvación la presenta S.Pablo en estas etapas: -Cristo hace que el Padre sea conocido y orienta la vida humana hacia los bienes futuros.
-Cristo hace presente el poder del Padre en toda la Creación, poder que se concreta y realiza la resurrección de la persona humana y su dignidad. -Este poder culmina en Cristo, Señor de la Creación, lo llena tdo en todo y es constituído Cabeza de lo creado. -La Iglesia es su Cuerpo, plenitud del que lo acaba todo en todos» 2ª lectura).

No olvidamos tu Promesa, Señor, «Yo estaré con vosotros todos los días»…Subes bendiciendo a todos; enséñanos, Señor, a bendecir: bendecir al Padre, bendecir al pobre, bendecir el pan y la palabra, bendecir con la mirada y con amor sincer, sembrado, a diario, con los pequeños detalles que nos humanizan. Amén.

Jaime Aceña Cuadrado cmf.

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