DOMINGO XXV del Tiempo Ordinario 18-9-22
«No podéis servir a Dios y al dinero»
La relación del creyente con los bienes materiales expresa la verdad de su relación con Dios a lo largo de la Historia de la salvación. Ya en el siglo VIII antes de Cristo el profeta Amós denuncia a los avaros que explotan al pobre para enriquecerse…»no olvidaré niguna de sus acciones»- dice Dios (!ª lectura) .
En la parábola del administrador infiel, Jesús nos propone tres mensajes para nuestra vida de discípulos; el primero: denuncia que los hijos de este mundo son más sagaces y ponen más empeño en sus asuntos materiales que nososotros- los hijos de ls luz- en cultivar los dones del Espíritu; en segundo lugar Jesús nos invita a emplear los bienes materiales y espirituales que hemos recibido, en establecer relaciones fraternas que nos sirvan para la Vida eterna; y en tercer lugar que no podemos servir a Dios y al dinero, que no podemos hacer componendas en esta materia, que debemos priorizar y vivir desde la voluntad de Dios, no desde la esclavitud del dinero (EVangelio).
«Alabad al Señor que ensalza al pobre» -hemos orado con el salmo 112, «levanta del polvo al desvalido». ¿Cómo lo hace Dios-Padre?: por medio de Jesucristo que se abaja y humilla, Jesucristo se hace pobre, nos libera de esclavitudes e injusticias que arraigan en el corazón y nos eleva a vivir en Caridad, amando, que es la verdadera riqueza en su Reino.
Oremos porque amanezca el orden justo que Dios quiere; oremos por los que puedn construir una paz verdadera (2ª lectura). «Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad»…
Jaime Aceña Cuadrado cmf.