Despedimos a nuestro hermano de comunidad y parroquia.
P. Ramón CMF
* Nació en Aguilar de Campóo (Palencia) el 20 de agosto de 1934.
* Primera profesión en Salvatierra el 16 de julio de 1953.
* Ordenado presbítero en Soria el 8 de septiembre de 1964.
* Ha fallecido en Madrid el 19 de noviembre de 2022.
Después de 27 años residiendo en nuestra comunidad de Puertollano (Ciudad Real) y en un pro-ceso progresivo de deterioro de su salud, el destino ha querido que a las pocas horas de llegar des-tinado a la comunidad asistencial de Colmenar Viejo, Ramón Ruiz haya descansado de sus fatigas tras ser ingresado en el hospital La Paz. Ha descansado el misionero de la montaña palentina, de carácter adusto y sensibilidad por los necesitados.
Nacido poco antes de la guerra civil española en Aguilar de Campóo tiene su primer encuentro con los claretianos a los 12 años con ocasión de una visita del P. Benito Castilla, ingresando el mismo año 1947 en el postulantado de Castro Urdiales (Cantabria). Hace el noviciado en Salvatierra el curso 1952-1953 con el P. Manuel Garde como maestro de novicios en Salvatierra donde profesa el 16 de julio del 53 en la entonces provincia de Cantabria. Justo tres años después, el 16 de julio de 1956, hace sus votos perpetuos en Santo Domingo de la Calzada (La Rioja) tras hacer los estudios de filo-sofía y donde, tras dos años de maestrillo en Gijón (Asturias), cursará también la teología de 1958 a 1962. Tras concluir los estudios, regresa de nuevo a Gijón como profesor donde estará hasta 1965 y se preparará para las diversas órdenes, recibiendo el presbiterado en Soria el 8 de septiembre de 1964.
Antes de iniciar su experiencia misionera en América, tendrá otros dos destinos como profesor en el norte de España: Bilbao (1965-1967) y San Vicente de la Barquera (1967-1974). Deja las aulas y comienza en septiembre de 1974 su experiencia en la joven fundación de La Ceiba (Honduras) donde estará ocho años. Posteriormente, perteneciendo a la provincia de Castilla, desarrolla su mi-nisterio primero en Perú (1982-1984) y después en Bolivia (1984-1989). Es al concluir esta experien-cia misionera en América cuando solicita al Superior Provincial permiso para hacer una experiencia de Hermano Coadjutor por tiempo indefinido y con dispensa de todo ministerio sacerdotal, situa-ción que ha mantenido hasta el final de su vida. Regresa tras esta andadura a la provincia, primero a la comunidad de Madrid-Mendizábal (1989-1992) y posteriormente a la comunidad asistencial de Colmenar Viejo (1992-1995). En septiembre de 1995 es destinado a la comunidad de Puertollano (Ciudad Real) donde ha permanecido hasta horas antes de hacer su viaje definitivo a la casa del Padre.
“Corazón sensible, amor propio fino”, le definía un informe para su ordenación y refleja lo que hemos vivido con él. Entregado a la visita y atención de los enfermos en estos últimos años y algo solitario y distante a veces con un carácter de castellano viejo que no disimulaba no perdió en nin-gún momento su sensibilidad por los sencillos y necesitados.
Damos gracias a Dios por su vida, por su disponibilidad misionera para con la Congregación en su madurez claretiana en América, su ser claretiano desde los servicios comunitarios por los que optó la última etapa de su vida. Que Dios le acoja junto a Él y en su bondad le conceda el descanso me-recido. D.E.P.
