DOMINGO IIIº del Tiempo Ordinario 22 de Enero de 2023
«Convertíos porque está cerca el Reino de los Cielos»
El profeta Isaías conoce el avance irresistible de los Asirios (s.VIII a. de C.), pero el Señor va a proteger a su pueblo con el rey Josías, que va a reconquistar el país de Zabulón (s.VIIª a. de C). La salvación mesiánica se descrbe como el paso de las tinieblas a la luz: «el pueblo que caminaba en tinieblas, vió una luz grande, habitaban tierras de sombras y una luz les brilló» (1ª lectura).
Mateo es el primer escriba cristiano; aplica las profecías a Jesús el Cristo. Mateo inicia el ministerio de Jesús en la Galilea de los gentiles, tierra reconquistada a los Asirios; la profecía de Isaías se cumple en Jesús; la Luz que vence las tinieblas es Jesús que va a librar al pueblo de la muerte, del yugo de la opresión de los tiranos y de los ídolos: «Convertíos porque está cerca el Reino de los Cielos» (Evangelio).
Y junto al lago de Galilea, Jesús inicia el germen de ese Reino: llama a los hermanos Andrés y Pedro; y más adelante a los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan: «venid, seguidme y os haré pescadores de hombres». Este episodio es modélico de toda vocación cristiana: 1.-Jesús toma la iniciativa, llama a seguirle; 2.-La vocación madura viviendo con Él, conociéndole para amarle; 3.-Jesús convoca, se le sigue con otros, en comunidad; 4.-Jesús une la proclamación del Evangelio del Reino, Buena Noticia, con las obras que liberan de las dolencias y pecados del pueblo…los llamados por Jesús hablan de lo que viven con el Maestro ý realizan sus obras de servicio y sanación como «pescadores de hombres», recogidas en los relatos del Evangelio escrito que alimenta hoy nuestra Fe.
Tinieblas, enfermedades, dolencias…expresan hoy nuestra falta de Unidad como cristianos; es un drama presente ya en la Comunidad de Corinto, presente hoy en la ruptura entre las Confesiones cristianas; Pablo denuncia la pretensión de dividir la Comunidad en torno a algunos de los apóstoles o predicadores del Evangelio: Yo soy de Pablo, yo soy de Apolo, yo soy de Pedro, yo soy de Cristo»; P?blo denuncia esta división porque Cristo ha muerto y ha resucitado por todos; la predicación apostólica consiste en dar a conocer a Cristo para lograr la Unidad de todos en la Fe en el Resucitado, «para no hacer ineficaz la Cruz de Cristo» (2ª lectura).
Hacemos nuestra la plegaria del salmo 26: «el Señor es mi luz y mi salvación…el Señor es la defensa de mi vida…espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida» sin tiranos opresores, sin divisiones, sin amenazas a la Paz y a la concordia fraterna que para esto se encarnó, enseñó, curó, perdonó, murió y resucitó Cristo: «Padre…que sean uno, para que el mundo crea» (Juan 17,21) .
Jaime Aceña Cuadrado cmf.