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DOMINGO IVº de Cuaresma 19 de Marzo de 2023

«…él fué, se lavó y volvió con vista»


El ciego de nacimiento encarna nuestra desorientación, nuestra tiniebla ambiental; el ciego no conocía la luz hasta que un buen día se encontró con el Sol; empezó a ver, empezó a creer; la luz material le fué llevando a la luz de la fe, a la luz que ilumina el corazón (Evangelio).

Me envuelven tinieblas peligrosas que me paralizan y me causan miedo; le pido a Jesús-Luz: sana mi ceguera, guía mis pasos en la noche como hiciste con los Magos; quiero verte, conocerte, Señor, para amarte y seguirte; te suplico que limpies mis ojos con el colirio de la Esperanz; cura mi ceguera con el colirio de la misericordia, con el colirio de tu gloria como en el Tabor; con el colirio del perdón como a Pedro; sáname con tu amor como a María Magdalena; aliméntame con tu Pan y tu Palabra como en el camino y en la posada de Emaús; pon tus manos en mis ojos mendigos de Fe.

Si la elección de David hubiera dependido de una votación democrátca, hubiera perdido ante sus hermanos; los hombres miramos el exterior; Dios, en cambio, mira y conoce el interior de cada persona y elige «al pequeño» (1ª lectura). L elección divina la podemos acoger desde esta experiencia de S. Pablo: «la fuerza se realiza en la debilidad». Ahí actúa Dios.

Para corresponder y perseverar en la «elección» de Dios necesitamos orar: «el Señor es mi Pastor, nada me falta…repara mis fuerzas…tu bondad y misericordia me acompañan todos los días de mi vida» (Salmo 22).

Si obramos buscando el bien y la verdad somos hijos de la luz; si nos mueve el egoísmo somos de las tinieblas; por el Bautismo nos incorporamos a la Comunidad de la Luz y de la Paz (2ª lectura). Hemos de cuidar esta pertenencia mientras caminamos.
DIA DEL SEMINARIO: Señor, ¡danos pastores según tu corazón! Voceros de tu voz que se atrevan a decir a otros hermanos: «Levántate y ponte en camino»

Jaime Aceña Cuadrado cmf.

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