LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR A LOS CIELOS 24 de Mayo de 2020
«Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo».
A los 40 día de la Pascua, celebramos la Ascensión del Señor; Hemos contemplado sus descensos hasta la entraña humana, a lo largo del año Litúrgico; hoy comprendemos que su vida y enseñanza encarnan su Misterio: «el que se humilla será ensalzado». La Ascensión es mensaje de esperanza y de justicia; esperanza porque si subió la Cabeza, subieremos los miembros de su Cuerpo; justicia porque el Señor da la razón a las víctimas.
S. Lucas presenta el ministerio de Jesús como una ascensión (subida) de Galilea a Jerusalén, de Jerusalén al cielo, inicio de la misión de la Iglesia (Tercer Evangelio, Hechos 1, 4-11).
La Ascensión, prefigurada anteriormente en la Transfiguración, es el Éxodo definitivo: retorno al Padre, entrada en la gloria definitiva, consumación del sacerdocio de Cristo, condición para él envío y la misión del Espíritu, corona la catequesis de Jesús sobre el Reino de Dios que no se encierra en Israel, ni en personas concretas, es Universal (Evangelio).
La salvación de Dios para Israel fué convertir el mar en tierra firme hacia la libertad; a nosotros la salvación nos la ofrece en la Encarnación del Hijo y en las fuentes de los Sacramentos: «bendito sea Dios que no nos retiró su favor»….»aclamad al Señor, tierra entera» (Salmo 65).
La fuerza de Dios se despliega en Cristo-Cabeza, que nos hace participar en su Gloria a los miembros de su Cuerpo que es la Iglesia.
(2ª lectura). Una Esperanza firme para todos.
El Evangelio del Ciclo A presenta a Jesús en su última aparición en un monte de Galilea a los once. Unos se postraron, otros dudaron; misión evangelizadora universal: «id y haced discípulos»…»yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo». (Evangelio).
Que aprendamos de Tí, Señor, a Ascender contigo por el servicio, por el dolor, por la oración, por el amor verdadero que nos lleva a reconocerte en nuestros hermanos.
Jaime Aceña Cuadrado cmf.