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DOMINGO XXIX del T. Ordinario 18 de Octubre de 2020

«Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios».

DOMUND.


Un grupo de discípulos fariseos y herodianos le hacen a Jesús una pregunta-trampa: «¿es lícito pagar impuesto al César o no?». (Evangelio) Conocemos la respuesta de Jesús; no equipara al César con Dios…»dad al César» lo que domina con sus monedas, pero Dios transciende el mundo de los impuestos y del comercio; «Dad a Dios lo que es de Dios» implica sintonizar nuestras personas y anhelos con la voluntad de Dios, que transciende lo material.

En este DOMUND la Palabra nos muestra su voluntad: Dios quiere salvar a su Pueblo del destierro, a donde le había llevado su pecado; en Israel se muestra la situación real de todos los pueblos: pecado es el hambre de tantos millones de personas; pecado son las guerras y conflictos violentos; pecado es la trata y explotación de personas…
Dios escoge sus instrumentos de salvación donde quiere: elige a Ciro, rey persa, para que Israel salga del destierro hacia su Tierra, hacia la libertad…»para que sepan de Oriente a Occidente que no hay otro fuera de mí. Yo soy el Señor y no hay otro».(1ª lectura).

El salmo 95 exhorta a «todas las familias de los pueblos» -no sólo a Israel- a bendecir a Dios porque salva a todos los pueblos que reconocen su obra, su salvación.

La Comunidad de Tesalónica es modelo de Comunidad misionera porque está bien fundada en las tres virtudes teologales: …»recordamos sin cesar la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y el aguante de vuestra esperanza, en Jesucristo nuestro Señor» (2ª lectura). Es una comunidad de «elegidos», testigos del Evangelio porque «no hubo sólo palabras, sino, además, fuerza del Espíritu Santo y convicción profunda».

Tdos los bautizados estamos llamados a vivir con estos fundamentos: elegidos para la vida nueva del Evangelio, vida que se manifiesta en la palabras y en la docilidad al Espíritu.»Aquí estoy, envíame» es el lema de este año; el Papa Francisco aplica nuestra vocación misionera a las circunstancias que vivimos: «el peligro de contagio de un virus debe enseñarnos otro tipo de «contagio», el del amor, que se transmite de corazón a corazón».

Jaime Aceña Cuadrado cmf.

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