DOMINGO IIº del T. Ordinario 17 de Enero 2021
«Rabí (Maestro), ¿donde vives?».
El tiempo litúrgico «Ordinario» nos ayuda a valorar lo pequeño, lo del día a día, lo que aparentemente no cuenta. Jesús llama a sus discípulos en la vida cotidiana; nuestra respuesta a su llamada comporta un cambio radical en nuestras vidas. El Evangelio de este domingo nos presenta la vocación de los primeros discípulos; siempre que Jesús llama lo hace con mediadores; aquí es Juan el Bautista: a dos de sus discípulos les señala a Jesús como «el Cordero de Dios» (Evangelio). El Cordero nos remite al Siervo de Yahveh (isaías) y a la sangre de cordero que libera de la décima plaga (Ëxodo).
Conocida la identidad de Jesús los dos discípulos anhelan estar con Él, conocerle más en profundidad: «Rabí, ¿dónde vives?.-Venid y lo veréis…se quedaron con Él, serían las cuatro de la tarde». Seguir a Jesús no es ir detrás de Él, sino adherirnos a su persona.
La llamada acontece en ambientes de desolación y de increencia, como en tiempos de Samuel: «en aquellos días era rara la Palabra del Señor y no eran frecuentes las visiones» (1Sm). El Señor llama a Samuel; su respuesta, como las nuestras, requiere tiempo, madura en proceso que culmina con la escucha obediente: «Habla, Señor, que tu siervo te escucha». (1ª lectura).
El discípulo ora con el salmo 39 : «aquí estoy, para hacer tu voluntad»
Es el sacrificio que Dios acepta, cumplir su voluntad. Y de la abundancia del corazón habla la boca: «he proclamado tu salvación ante la gran asamblea».
Pablo en Corinto vive una situación semejante a la cultura del cuerpo que hoy domina; en Corinto algunos convertidos seguían practicando la prostitución, convencidos, como muchos contemporáneos de hoy, que el cuerpo es para la práctica del sexo. S. Pablo nos urge a la castidad: «Huid de la fornicación…¿o es que no sabéis que vuestro cuerpo es Templo del Espíritu Santo?…¡glorificad a Dios con vuestro cuerpo» (2ª lectura).
Jaime Aceña Cuadrado cmf.