DOMINGO VIº de Pascua 9 de Mayo de 2021.
«Vosotros sois mis amigos»
Durante la última Cena, en clima triste de despedida, Jesús nos invita a sus discípulos a «permanecer en su amor». No es posible la tristeza después de la Pascua (muerte-resureección de Jesús), porque Él permanece vivo en el ágape fraterno; con los discípulos de entonces, de ahora y de siempre Jesús permanece si nos amamos «unos a otros como yo os he amado» (Evangelio).
Nuestro camino de hoy se identifica con el del Resucitado: «no sois vosotros los que me habéis elegido; soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y déis fruto y vuestro fruto dure». ¿Qué fruto estamos llamados a dar?: «permaneced en mi amor´…amáos unos a otros como yo os he amado…nadie tiene amor más grande que el que da la vida por los amigos…ya no os llamo siervos, a vosotros os llamo amigos». El Resucitado nos da aconocer al Padre y nuestra oración es acogida por quien sabemos nos ama.
Preocupados estamos por lo menos importante: prestigio, bienestar material…todo eso se nos dará por añadidura si nos oscupamos en el Reino de Dios; «en esto consiste el amor, no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó primero» (2ª lectura).
Este Amor rompe barreras, inicia encuentros nuevos, supera prejuicios. Con S. Pedro afirmamos «que Dios no hace distinciones…acepta al que practica la justicia»; El Espíritu Santo, Amor de Dios, se derrama sobre la familia del gentil Cornelio (extranjero).
Nacen del agua y del Espíritu los que «practican la justicia, sean de la nación que sean».
El Salmo 97 canta el retorno de Israel después de la cautividad de Babilonia: «El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su Justicia; los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestros Dios». La Resurrección de Jesús es su Victoria, y la nuestra, sobre el pecado y la muerte. Nosotros, hoy y aquí, somos la Comunidad sobre la que el Señor derrama su cariño, su misericirdia. ¿Qué nos impide vivir alegres?
Jaime Aceña Cuadrado cmf