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DOMINGO DE RESURRECCIÓN 1 DE ABRIL


«No está aquí, ¡Ha Resucitado!»

Nuestra sociedad padece oscuridad vital; la confusión anida en el corazón de muchos: ¿hay valores permanentes?, ¿por dónde se va al país de la justiciay de la paz?. Vivir de sensaciones nos lleva a la depresión y a la tristeza; hablamos mucho de la cultura líquida que nos envuelve pero hay que denunciar el dolor que genera: desconfianza, violencias, ladrones, esclavos del dienro y de sus ofertas…es urgente la Luz que oriente nuestros pasos hacia el país de las personas libres. La liturgia de la Luz con la que iniciamos la Vigilia Pascual nos compromete a ofrecer luz del Resucitado.

Con el pregón solemne de la Pascua entramos en la noche santa de la Resurrección, con recuerdos de la Pascua judía. Nuestra Liturgia de la Palabra es la respuesta a la pregunta que el más pequeño de la familia hacía a su mayores: «¿por qué celebramos esta cena de Pascua?»; celebramos el Amor de Dios por su Pueblo. presente en su historia.

El mundo es «bueno» por el corazón del Creador: la luz domina la tiniebla, la pareja humana es fecunda y creadora…todo lo ha hecho Dios para el hombre y la mujer (1ª lectura). La respuesta humana correcta es la fe de Abraham; confía en Dios hasta el punto de obedecerle para el sacrificio de su hijo único, Isaac; Dios se lo devuelve y le da una descendencia numerosa; es la lógica de la fe (2ª lectura).

La idolatría y la esclavitud amenazan siempre al pueblo elegido; el Éxodo hacia la tierra prometida es largo y difícil; pero Dios «no abandona la obra de sus manos»; la liberación de la esclavitud en Egipto es anticipo de la liberación definitiva (3ª lectura).

Las Campanas del Gloria y la Palabra del Nuevo Testamento nos traen el gozo del Triunfo de Jesús: «muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús» (S. Pablo); la Liturgia Bautismal nos sumerje en las aguas para renacer como personas nuevas que vencen lo que nos deshumaniza y aparta de Dios («el hombre viejo») para iniciar la vida en el Espíritu. El agua de la Pascua brota del costado de Cristo que nos dice: «el que tenga sed que venga a mí y beba».

Señor Resucitado: acudimos a Tí para que Tú vivas en nosotros y seas fuente de nueva Vida en el Espíritu y fundamento de nuestra fraternidad para que el mundo crea. ¡Feliz Pascua de Resurrección!.

Jaime Aceña Cuadrado cmf

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